Viaje a Suiza

  • 16 de junio jueves

Comenzamos la jornada con una boda, la nuestra, de hecho, el viaje lo tenemos planeado como viaje de bodas. Acto seguido unos vinos con los asistentes con los brindis pertinentes y a cargar la AC.

Una vez cargada de pertrechos y todo bien estivado, acomodamos a Udo y Alba, nuestros dos perrillos y compañeros de viajes incuestionables, y comenzamos viaje dirección a Vitoria sobre las 18,30 h. Nuestro destino iba a ser, como preámbulo, el Azkena Rock Festival (ARV).

Como auguraban las predicciones la mayoría del viaje fue con lluvia, a veces torrencial. Hicimos breve parada en Aranda de Duero para llenar el frigorífico, y vuelta a la carretera. Llegamos a Mendizorroza sobre las 12 h. zona de Vitoria donde se realiza el festival. Encontramos el aparcamiento prácticamente vacío, salvo algunas autocaravanas que empezaban a llegar, como nosotros, con la idea de coger buen sitio. Un poco de cena, paseo a los perrillos y a la cama para descansar del día que ha sido completo.

  • 17 de junio viernes

Amanece cielo cubierto, pero apenas sin lluvia. El aparcamiento ya está casi completo, a lo largo de la mañana han ido llegando y el ambiente es estupendo. La verdad es que la autocaravana es una alternativa ideal para asistir a este tipo de festivales, te permite tener tu casa al lado del recinto, con lo que conlleva, ducha, cocina, cama. Bueno pues con estas, paseo matutino, desayuno y a la ciudad a disfrutar de conciertos y pinchos. Sobre la 13,30 comenzó a llover y ya no lo deja hasta la noche, así que conciertos bajo la lluvia.

  • 18 de junio sábado

Amanecemos a las 10h. y nos encontramos que tenemos montada, en la misma culera de la AC, la llegada de una prueba ciclista que se celebra este día en Vitoria. Ni nos hemos enterado, la verdad creo que la organización ha sido muy respetuosa con toda la gente que estábamos allí acampados y han tenido un cuidado exquisito en hacer el menor ruido posible, o eso o que estábamos cao de tanto ajetreo.

Como el día anterior, ritos mañaneros, Virgen Blanca, conciertos y cañas y a medio dia a la auto a comer y descansar un poco para la última tarde de conciertos.

  • 19 de junio domingo

Amanezco a las 8h. Natalia un poco antes, teníamos cerca unos adolescentes de uno 40!!! Con la música a tope, creo que alargaron un poco el fin de fiesta, y lograron que la gente que dormíamos, comenzáramos viaje a nuestro próximo destino, un poco más temprano de lo previsto.

Desayunamos y nos cambiamos al área de AC de Vitoria, un paso de diez minutos, y allí cambiamos aguas, llenamos depósitos, compramos pan y a la carretera, teníamos alrededor de 1150 Km por delante, nuestra intención era llegar hasta Annecy en la frontera con Suiza.

Paramos a comer y a descansar, nosotros y los pasajeros, en un área de descanso en la zona de las Landas, cerca relativamente de Loira la duna de Pilat etc. zona que dejaremos para próximos viajes. Al final, llegamos hasta un área de descanso a cuatro Km escasos de Annecy y decidimos quedarnos a dormir allí, pues llevábamos doce horas de viaje y era tarde para camping o buscar áreas donde dormir en la población.

  • 20 de junio lunes

Por la mañana, después de un buen descanso, desayuno y a conocer Annecy. Preciosa localidad turística, preámbulo de lo que luego nos encontraremos en Suiza. Un lago enorme con sus pertinentes embarcaderos y cisnes, un recorrido periférico, creo recordar cercano a los cuarenta Km, tiene una longitud de quince Km, y está considerado uno de los lagos más puros del mundo al ser de origen glaciar. Esta zona de los Alpes franceses, con Montblanc y sus estribaciones aparte de la zona del lago, ya merece una visita en exclusiva, no en vano es una de las zonas turísticas más visitadas de Francia. Totalmente aconsejable venir con unos cuantos días para poderla visitar a fondo y bien documentados, imprescindible.

Como nuestros planes son mucho más ambiciosos, ponemos rumbo a la frontera para entrar en Suiza cuanto antes, pues este era nuestro objetivo principal.

Entramos por Ginebra, el navegador nos manda por la ruta más corta, y esto implica atravesar la ciudad por el centro, una ciudad preciosa a las orillas del lago Lemans, pero dejamos su visita, si es posible, para la vuelta.

Ponemos rumbo a Montreaux, a ver un impresionante castillo, metido literalmente en el lago, con los Alpes de fondo, una imagen de postal, bueno este país es en su totalidad de postal. Podemos aparcar en las inmediaciones del castillo con el lago de frente, totalmente gratis, pero eso si con un tiempo limitado que te tienes que gestionar tu voluntariamente. La gente aparca y pone un papel en el parabrisas con la hora de llegada, para al cabo de dos horas creo, irte y así demostrar que no has sobrepasado el tiempo permitido. De todo esto nos enteramos después por lo que nos contaron unos españoles que aparcaron a nuestro lado, y con los que luego coincidimos en Berna y en Louterbrunnen.

Pasada la tarde y habiendo disfrutado de la visita del castillo de Chillon, optamos por dar un paseo por la orilla del lago, con un paseo por el que se extiende la localidad por un lado y hacia el contrario hacia el camping, con unas bucólicas playas donde la gente se baña acompañados de patos y cisnes, que no dudan en hacer frente a nuestros perros si en algún momento les prestan alguna atención más por curiosidad que por otra razón. Lo pensamos quedarnos en el camping, pero con la intención de optimizar el tiempo de que disponíamos, optamos por seguir viaje hacia Berna, total no son más de 70 Km y siendo las ocho de la tarde con algo de luz por delante, emprendemos viaje. Pero poco más adelante en, en un área de descanso de la zona de Gruyer no nos pudimos resistir a las vistas del lago de turno con las montañas de fondo, los veleros amarrados en los pequeños embarcaderos y paramos a hacer unas fotos, lo que nos llevó a decidir que este sería un buen sitio para dormir, y amanecer al dia siguiente. Esta es la ventaja de este modo de viajar, nada me ata ni nada me retiene, cuando me gusta un sitio me paro y lo disfruto el tiempo que considere necesario. El sitio promete un amanecer espectacular, el lago con cumbres de tresmiles en el horizonte, grandes prados alrededor, nuestros perros felices y nosotros más; esto es como nuestra cordillera cantábrica, pero a lo bestia, y acabamos de empezar.

  • 21 de junio martes

Desayuno temprano y a la carretera, dia ligeramente lluvioso, pero igualmente espectacular. Según avanzamos llegamos a la altura de Friburgo, que en un principio pensábamos pasar de largo, pero que nos lo pensamos mejor y entramos a conocer.

No teníamos nada pensado, pero como disponíamos de una excelente guía, rápidamente Natalia recopilo información suficiente en lo que busque un aparcamiento, junto al centro histórico, donde pudimos aparcar sin problemas la AC a razón de dos francos la hora, poco más o menos 1,5 €. Eso sí, como no teníamos monedas para el parquímetro decidimos tomar un café para cambiar nuestros flamantes billetitos, y nos soplaron ocho francos los dos cafés en la barra, con los dos francos de el parquímetro, diez francos la visita de la ciudad, que es verdad que con un poco de pericia se puede ver perfectamente el casco antiguo, con sus vistas al rio y sus puentes típicos cubiertos desde el teleférico que comunica la parte alta de la ciudad con la parte de la ribera.

Al medio dia retomamos viaje, y en muy poco tiempo entrabamos en Berna. Ante la dificultad de encontrar un área donde pernoctar, decidimos dirigirnos al camping. Un acierto absoluto, un camping totalmente recomendable y un sitio tranquilo y muy bien situado para conocer Berna.

Hay que decir que este camping fue arrasado por una riada el año pasado, y que las instalaciones están impecables. Es un sitio agradable y tranquilo donde descansar y dedicar un par de días a conocer la ciudad. El precio creo que ronda los 35€ con todos los servicios, en recepción con la estancia te dan un pase para poder usar el tranvía urbano todo el dia gratis, esto por cada dia de estancia.

La situación es magnífica, a las orillas del rio Aar en alemán, Aare en francés, con una pradera inmensa perfectamente cuidada, con dispensadores de bolsas para excrementos, y donde los animales pueden estar sueltos siempre que estén perfectamente controlados y no causen ningún problema, todo esto fuera del recinto del camping, con barbacoas con su leña dispuesta para el uso de los ciudadanos y que los jardineros del parque se encargan de reponer para que nunca falte, y donde cualquiera puede hacerse unas brasas cuando lo desee.

Saliendo del camping encuentras un paseo a lo largo del cauce del rio, que te lleva hasta el centro de la ciudad, en unos veinte minutos, de un agradable paseo te encuentras inmerso en pleno corazón de Berna, esto habiendo pasado por una zona habilitada para tomar el sol, con una piscina con el agua climatizada a 22º pero descubierta y totalmente gratuita, con zonas de vóley playa, gimnasio urbano, solárium.

Mención aparte merece el rio, por la bravura de sus aguas, por su color azul hielo diría yo, y por la tradición que existe en la ciudad de aguas arriba, lanzarse al torrente y descender haciendo una especie de rafting, pero a pecho descubierto. De hecho, las orillas están dotadas cada cierto tiempo, de unas especies de pértigas o brazos giratorios para poder sacar a la gente del torrente según descienden, a la vez de continuos carteles en ingles avisando de lo peligroso de la actividad, y preguntándote si estás seguro de lo que te dispones a hacer.

Hay que decir que Berna es una ciudad digna de ser visitada a fondo, cuenta con unos cuantos museos interesantísimos y una arquitectura esplendida, y el lugar para descansar, incomparable.

  • 22 de junio miércoles

Por la mañana, habiendo decidido ya proseguir viaje, no me resistí a hacer un paseo con la bicicleta remontando el rio, como tenia hora de salida no pude extenderme todo lo que hubiese querido, pero desde luego algo inolvidable.

Una vez duchados y desayunados, cambiadas aguas y rellenados depósitos, camino hacia nuestro próximo destino Interlaken, concretamente hacia la localidad de Louterbrunnen, unos veinte kilómetros montaña arriba por una carretera bastante sinuosa, pero por donde también transitan camiones autocares etc.

Por el camino nos acordamos de lo que habíamos leído sobre Thun localidad que da nombre a uno de los dos lagos que rodean Interlaken, y una vez más hicimos caso a nuestro instinto que nos decía de parar, y una vez más acertamos. La localidad es una pequeña ciudad de unos cuarenta y dos mil habitantes, muy bien urbanizada con un precioso castillo y las cumbres de fondo que rodean al JUNGFRAU.

Ante la imposibilidad de aparcar por ningún sitio y con la intención de hacer una visita telegráfica, comenzamos a plantearnos la posibilidad de irnos sin conocer al menos el casco antiguo, nos apartamos en la parada del autobús a decidir qué hacer, en esto se me acerco por la ventanilla del conductor a preguntarnos un paisano con su bicicleta, que nos ocurría, nos dijo que se imaginaba que no encontrábamos aparcamiento, le confirme que efectivamente estábamos pensando en irnos y nos dijo literalmente que no podíamos irnos de Thun sin conocer su castillo, nos preguntó cuánto tiempo pensábamos quedarnos, y al decirle que dos horas, el tiempo necesario para conocer un poco castillo y el casco antiguo, se nos ofreció a llevarnos a su casa, con la intención de poder aparcar en su parcela, y como vivía un poco apartado del centro nos llevaría el personalmente con su coche a visitar el castillo. Aceptamos el aparcamiento, pero nos pareció excesivo que nos acompañara, y como llevábamos nuestras bicicletas, pues asunto resuelto. Acepto de buen grado las explicaciones que le dimos, y agradecidísimos le dimos nuestra dirección en España, pidiéndole que, si en alguna ocasión venia no dejara de llamarnos, se molestó en poner una nota en suizo donde por lo que dijo explicaba que solo estaríamos allí dos horas, que después nos iríamos, así lo hicimos, y con el buen sabor de boca de la visita, digna de no perderse y la experiencia con esta magnífica persona, seguimos viaje.

Llegamos a destino sobre mediodía, nos habían hablado de un camping donde trabajaba un español, y sorpresa cuando llegamos preguntamos por él y acababa de terminar su turno y se había ido, pero lo peor era que no admitían AC por espacio. Nos informaron de un camping valle arriba, a unos tres o cuatro Km y fuimos a ver y nos gustó mucho el entorno, y el precio, bastante más barato que la otra opción que teníamos en el pueblo. Acampamos en sombra en una zona muy tranquila cerca de los servicios, con wifi gratis y cerca del rio, con unas vistas espectaculares del valle de origen glaciar con paredes de caliza de quinientos metros en vertical, el lugar perfecto como base de operaciones de este paraíso de la alta montaña.

Por la tarde, visita de rigor a Louterbrunnen, con un aspecto muy cuidado de población alpina, y con una cascada pegada al pueblo, que aparece como imagen emblemática del pueblo.

  • 23 de junio jueves

Planeamos la visita al Jungfraujoch con poca antelación, puesto que contábamos con poder pedir información a Luis, que así es como se llama el compatriota que trabaja en el camping antes mencionado, pero al no contactar con él, tuvimos que improvisar un poco, pero al final estuvo perfecto.

Nos informaron de los horarios y precios del tren cremallera, nada baratos (existen varias posibilidades, con bonos que rebajan los tiques a la mitad de precio) pero rondan los 100€, haciendo uso de ellos para varias ocasiones y diferentes visitas al final sale muy bien.

Nosotros decidimos subir temprano que existe una importante rebaja, y además aprovechamos el dia, total que a las 6,30 arriba, a las 7,40 tomábamos el tren y nos esperaban cerca de dos horas de subida con sus paradas de aclimatación.

Hay que tener en cuenta que salvábamos un desnivel importante de 1393 m. pero la altitud que alcanzas llega a los 3454 m.

Una vez arriba, bueno pues no hay palabras para describirlo, hay que verlo. Mi consejo es no pasarlo por alto, documentarse bien, y exprimirle todas las posibilidades que existen, que son muchísimas y todas atractivas al máximo.

Nosotros estábamos de vuelta a la AC a las tres y media, aproximadamente, teníamos a los perrillos dentro y abajo en el camping hacia una temperatura de treinta y algún grado; no se puede arriesgar. Pasmos de cuatro bajo cero a treinta grados en dos horas aproximadamente, así que se nos quedó un cuerpo, especialmente a mí, que llevaba desde las cuatro del mañana despierto con la emoción. Fue comer y siesta reparadora. A media tarde ruta en bici, haciendo fotos, porque la verdad no se sabe cuándo parar, es de una belleza increíble.

  • 24 de junio viernes

Se nos estaban acabando los días y nos falta de ver, como mínimo, Lucerna, así que de buena mañana carretera de nuevo y rumbo a otra de las ciudades imprescindibles que no se puede dejar de visitar, a los pies del Pilatus, otro de los picos emblemáticos de este maravilloso país de cumbres y agua por donde mires. Bañada por el lago de los cuatro cantones, y con una ciudad medieval digna de una detallada visita, recorriendo sus plazas, su muralla y sus torres con espectaculares vistas.

Emprendimos viaje y bajamos hasta Interlaken, donde nos sorprendió la afluencia de grandes camiones, todos tuneados con autentico gusto, digno de verse. Se concentraban para asistir a un festival organizado en la ciudad, TRUKER & COUNTRY FESTIVAL INTERLAKEN. Una pena no tener tiempo para echar un vistazo.

Durante el trayecto volvimos a cruzarnos con camiones espectaculares, incluso con alguno coincidimos haciendo fotos en lugares de indudable belleza, claro está ellos con su camión como motivo y nosotros con nuestra AC, cada uno a lo suyo.

Llegamos a destino a media mañana, con una temperatura de treinta y dos grados, decidimos aparcar en las inmediaciones del camping Lido, encontramos un parquin junto al campin con más sombras que este, a razón de dos francos suizos la hora, como única limitación de prohibido estar estacionado de las ocho de la tarde a siete dela mañana. Comimos, paseo a los perros para que hicieran sus necesidades y nos dispusimos a intentar ver todo lo que pudiéramos de la ciudad hasta el tiempo límite de aparcamiento, para lo cual una vez más las bicicletas nos hicieron un gran servicio.

Bordeamos el lago en un agradable paseo al fresco de la orilla, estaba lleno de gente tomando el sol en el césped en grupos o solos, bañándose o simplemente viendo a la gente pasear.

Llegamos hasta la zona antigua, comenzamos a recorrerla sin rumbo fijo, cada rincón nos sorprendió, realmente una ciudad con encanto, en un momento dado oímos hablar en español, y no pudimos por menos de preguntarles, una pareja de argentinos encantadores que vivían allí y nos pusieron al dia de cada rincón imprescindible, y de lo que debíamos dejar para otra ocasión con más tiempo. Gracias a ellos optimizamos muchísimo el tiempo y nos organizamos de tal manera que en pocas horas exprimimos las posibilidades a tope.

Visitamos las torres de la muralla, recorrimos el barrio medieval, vimos el león tallado en la pared de piedra, la catedral, una pena pues estaba en obras de rehabilitación la fachada y no lucia en todo su esplendor.

Ya comenzando el regreso a la AC, nos encontramos a lo largo d la orilla del lago, numerosos escenarios y zonas habilitadas para espectáculos, caímos en la cuenta, se iba a celebrar la noche de san juan. La decisión era difícil de tomar, quedarnos y participar o comenzar el regreso. Teníamos más de mil seiscientos kilómetros, unas veinte horas de viaje más los descansos de rigor, y hora de llegada el domingo a medio dia, así que no quedo otra que resistirnos a la tentación y comenzar el retorno.

Fue buena la decisión, pues todavía nos pusimos en carretera y nos encontramos que mucho de los tramos que teníamos que hacer por nacionales estaban en obras. En una ocasión nos desviaron por una carretera que cuando me indicaron los operarios creía que era broma y les insistí creyendo que había entendido mal, pero no, estaba en lo cierto, era una carreterita con sus correspondientes puentes cubiertos de madera por donde dudaba de la cabida de la autocaravana, todo esto, el trazado por la ladera de unas montañas con unos prados verdes y las granjas diseminadas por toda ella. En cualquier momento podía aparecer el abuelo de Heidi.

Con todo, fuimos capaces de avanzar un buen tramo y acabamos durmiendo relativamente cerca de Ginebra. La paliza del dia había sido grande, así que pronto a la cama, todavía teníamos por delante dos días de muchos kilómetros y queríamos ver un poco de Ginebra, y si fuera posible Carcasona, lugar del que nos habían hablado muy bien y que nos pillaba relativamente de paso para volver.

  • 25 de junio sábado

Amanece el dia nublado, se cumplen las predicciones emprendemos viaje temprano y llegamos a Ginebra a las 11 de la mañana, buscamos aparcamiento en la zona del lago con la intención de visitarlo con detenimiento. Después de un par de vueltas y con alguna duda aparcamos en la zona limitada con parquímetro, no estábamos seguros de sí existía algún tipo de limitación para las AC, y no viendo ninguna otra aparcada en los alrededores, finalmente nos decidimos y nos fimos a ver los alrededores. Una vez más inmenso lago con embarcadero con sus cisnes y patos.

Por fin nos acercamos a conocer el famoso chorro, y nos encontramos que estaba cerrado al público por obras los accesos, y nos tuvimos que conformar con verlo desde lejos, con la mala suerte de saber que esa misma tarde se abrían los accesos definitivamente.

Retomamos el viaje dispuestos a cruzar la frontera y gastar nuestros últimos francos repostando la AC.

Volvimos a entrar en Francia y pusimos rumbo a casa, avanzando todo lo que pudimos hasta que nos paró un atasco tremendo, felizmente al lado de un área de descanso ideal, lo cual nos invitó a parar a comer.

Volvimos a retomar el viaje y pusimos en nuestro navegador como destino Carcasona, todo esto sin contar con la ayuda de ningún mapa, gran error. Al navegador le dio por enviarnos a algún lugar, en medio de la nada y bastante alejado de nuestro destino, asique dejamos la visita para un próximo viaje. Moraleja, nunca te fíes ciegamente de un navegador, y contrasta la información con el tradicional mapa de carreteras.

Una vez conscientes del error, cambio de planes, objetivo dormir lo más cerca posible de la frontera. Así lo hicimos hasta que, llegando cerca de la Junquera, en una zona señalizada como peligro por fuertes rachas de viento lateral nos sorprendió un auténtico vendaval, que junto con el cansancio acumulado nos hizo buscar refugio a nosotros y a un gran número de autocaravanas, para pasar la noche. Dormimos toda la noche acunados por el viento, y la perra aterrorizada escondida entre el asiento del conductor y el volante.

  • 26 de junio domingo

A las siete y media de la mañana nos levantamos con viento, desayunamos y vuelta para España. Excepto una parada de descanso antes de los Monegros, todo seguido hasta la hora de comer una vez pasado Zaragoza y de ahí a Segovia en otras tres horas.

Hay que señalar que Suiza es un país al que volveremos con más calma, merece otro viaje la zona de los Alpes por sí solo, pero también otro para recorrer la zona norte limítrofe con Alemania. Así que nos ha servido como una valiosa toma de contacto, y un motivo para planear como mínimo, otras dos escapadas.

Si te gusta viajar con tu mascota, desde luego es un destino donde no tendrás ningún problema, puedes llevarla contigo en transportes públicos, restaurantes, museos, y un largo etc. donde solo te pedirán como condición indispensable que esta se comporte correctamente y no cause ningún problema.

Es un destino donde te resultara difícil ver policía, esto no es síntoma de inseguridad sino de todo lo contrario, no hemos tenido ningún problema en ningún momento, ni sensación de inseguridad. Bien es cierto que nos dijeron, solamente, que hay que tomar alguna precaución en la zona de Ginebra, porque sí que había ocurrido algún robo, digamos que también es la zona donde sí que vimos alguna gente “rara”, pero aparte de esto el resto del viaje ha sido acorde con el entorno, relajante y alucinante.

También hay que decir que Suiza es caro, esto es indudable, pero la autocaravana es una solución perfecta, nosotros hemos hecho el viaje con nuestra nevera llena, y puedes recorrerte el país siendo totalmente autónomo, dedicándote a emplear tus recursos en cosas que no sean necesidades básicas. Aparte de la independencia de decisiones de que dispones, no dependiendo de reservas previas, ni compromisos establecidos de antemano.

Es también indudablemente, un destino, y una manera de recorrerlo ideal para hacerlo con niños. Muy importante, siempre que se pueda, agregar a vuestro equipaje las bicicletas, es un país con una cultura ciclo turista muy extendida y, en consecuencia, todas las poblaciones están perfectamente preparadas con carriles bici, y un respeto exquisito a los ciclistas.

No se me podía pasar por alto contar también, que con independencia de la operadora telefónica con la que se tenga contratada las líneas de móvil, si se tiene pensado contratar alguna opción tipo “GO EUROPE” o cualquier tipo de itinerancia para disponer de datos y estar conectados mientras estáis de viaje, OJO MUCHO OJO, resulta que en suiza la tarifación no va a ser la que os han informado para el resto de Europa, avisad de vuestro destino para no tener sorpresas. Además, si mientras atravesáis la frontera resulta que estáis navegando con el móvil, pues la broma puede ser muy seria. Informarse de la letra PEQUEÑA, ES TERRENO INTERNACIONAL Y LA TARIFACION ES BRUTAL.

Compartir
Hay

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.